EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
En los umbrales del siglo XXI
No cabe duda que desde hace unos años, empezó una era que incorpora un avance constante de la tecnología de la información y la comunicación en todos los ámbitos de la vida de la sociedad. Lo anterior afecta la forma en que nos comunicamos y pensamos en lo laboral, familiar y escolar entre otros ámbitos del diario acontecer. Sin duda alguna, el avance tecnológico que representa el ordenador y el internet, transformó en su momento diferentes esquemas del pensamiento, a quienes nos incorporamos a su uso más por necesidad que por convicción.
Las posibilidades que se presentaron a partir de conocer y poner en práctica algunos elementos que ofrecía la computadora, con los programas de entonces que representaban la gran novedad en gente que empezó a interesarse, mejoraron bastante los resultados que habitualmente se realizaban con otras herramientas más rudimentarias. El auxilio de esta tecnología se centró en mejorar la organización de documentos e informes, y que posteriormente se tradujo en acceso a información más eficaz y fortalecer a las organizaciones en sus ideas y formas de ver el mundo.
Para la educación y quienes estamos involucrados en ella, ha significado un golpe duro que se manifiesta en una inmovilidad ante la relación entre el hecho pedagógico y los avances tecnológicos que representan más información, eficacia en la comunicación y una forma diferente de realizar los procesos y procedimientos tradicionales pedagógicos que permean a la educación en todos sus niveles y modalidades.
Recuerdo que a finales de los 90´s el gobierno estatal mandó computadoras e impresoras a las escuelas de educación primaria públicas del subsistema federal. Cuando este recurso llegó a la dirección de la escuela, la computadora permaneció cerrada, empaquetada y sin usar debido a que no existía en la escuela ningún docente que supiera usarla, ya que nadie se arriesgaba a ponerla en marcha por el temor de descomponerla. Muchas de las escuelas tardaron en ocuparlas o de plano se hicieron obsoletas en sus empaques.
Esta inmovilidad a la que me refiero, no sólo se dio en el ámbito escolar, desde mi punto de vista afectó a la mayoría de la sociedad mexicana, ya que hasta la fecha no existe una adecuación curricular a los programas y planes de estudio que fortalezca el método y la didáctica con la que se enseña en las escuelas el uso de las herramientas de la tecnología y la información (TIC)
Al inicio de la década de los 90´s, las escuelas sobre todo del nivel medio superior y superior, establecieron “talleres” o “cursos” para capacitar tanto a docentes como a alumnos en el uso de la computadora y sus programas, incluso derivado de esta necesidad, escuelas particulares técnicas en computación crecieron ante la falta de una acción pertinente o planteamiento certero de las autoridades educativas para incorporar este recurso como una necesidad en el currículum de las escuelas en México.
Sin embargo, a partir del momento en que las TIC se incorporan como herramienta en los diferentes ámbitos de nuestro cotidiano acontecer, se gestiona un cambio social que es permanente e irreversible. Este cambio se hizo más evidente en lo económico, y por ende afectó a lo político y social, movió en muy poco tiempo a las estructuras de las naciones que actualmente incide en la forma en que los demás observan a una sociedad. Este fenómeno se conoce actualmente como globalización.
Hoy en día a la escuela se le exige que enseñe a los alumnos el uso de algunas de estas herramientas. Esta exigencia proviene de diferentes áreas de la sociedad, por un lado los padres y por el otro el sistema productivo del país que requiere personas más capacitadas, y en medio de todos ellos las autoridades educativas.
Las escuelas improvisan clases, que dan elementos instruccionales sobre el uso y manejo de la computadora y sus programas, pero desde mi perspectiva lo anterior no resuelve el problema ya que este método es el mismo sólo con diferente herramienta, no se profundiza en el “saber hacer” del alumno lo que evita el desarrollo de la competencia que haga útil a las TIC.
El presente y el futuro de la educación y la tecnología
Si hace unos 15 o 10 años me hubieran contado, que el futuro tecnológico permitiría lo que hoy se puede lograr a través del internet, la computadora, el bluetooth, y otras herramientas de la comunicación y la información, el acercamiento con la gente en diferentes lugares y espacios, que las oficinas o escuelas físicas se convertirían en virtuales, la facilidad de compartir información y conocimiento, en verdad no lo habría creído.
En este contexto, comparto la opinión de Papert (1995), que en su libro La Máquina de los Niños, nos da a entender que el niño ha podido asimilar a la perfección esta tecnología, incluso (y debo reconocer que me encuentro entre uno de ellos) supera con exagerada facilidad, en muchos casos al adulto con una regular experiencia en el uso de las TIC.
Los niños que tienen acceso a esta tecnología, investigan y encuentran información solicitada en la escuela en un tiempo menor en el que el docente tarda en solicitarla.
En aparatos especiales del tamaño de un bolsillo (Ipod), coleccionan cientos de canciones que pueden oír en cualquier lugar donde se encuentren. Les parece de risa las colecciones de discos de acetato o los casettes que anteriormente sólo podíamos oír en aparatos que consideran un estorbo.
En un teléfono celular, los niños y jóvenes de la era de la tecnología y la información tienen su agenda de teléfonos, se comunican con mensajes, traen videos y música, toman fotos digitales de alta resolución, juegos, etc. Lo más sorprendente es que poseen sus organizadores, que les permiten planear sus actividades e incluso cumplir en tiempo y forma de sus deberes y obligaciones.
Han de considerar anticuado y demasiado impráctico el hecho de que los docentes hagan su planeación didáctica en formatos de papel, que acumulan en carpetas o folders, o el hecho que para investigar se tenga que leer tres o cuatro libros enteros para ubicar una información, o el tener una agenda del tamaño de un cuaderno que acumule los teléfonos de los contactos o las actividades que se realizan cotidianamente, la enorme cámara fotográfica de rollo, cuando todo lo anterior se puede realizar con el movimiento de un dedo, literalmente hablando.
En resumen, nos encontramos en un escalón por debajo de aquellos alumnos que viven y se desarrollan con esta tecnología, ven a la escuela como un museo de antigüedades en la mayoría de los casos, salvada solamente por los profesores que crean ambientes agradables de aprendizaje o por el hecho de que consideran a la escuela un espacio para socializar.
¿Qué papel adoptar como docente ante la introducción de las TIC en el ámbito educativo?
Esta pregunta considero que es una tarea inconclusa que se debe de analizar en muchos espacios de debate académico, siempre con la visión de que la tecnología no es enemiga del docente, sino una poderosa herramienta que puede permitir un cambio en la forma de aprender de los alumnos.
En las escuelas de hoy, se debe replantear el currículum que privilegia a la acumulación de información sobre la reflexión, a las práctica metodistas que convierten al alumno en un espectador y al docente en el centro del hecho educativo; se debe considerar la prioridad de convertir al alumno en el constructor de su propio conocimiento, y que lo aprendido le permita resolver problemas de la vida cotidiana, para que la información le sea significativa.
Se debe debatir siempre con la conciencia plena de que los métodos y medios de aprendizaje tradicional utilizados en la escuela, están siendo rebasados y obsoletos, ante la información que la tecnología está proporcionando a nuestros alumnos en todos los rubros de su formación básica.
Bibliografía y referencias de internet.
· Papert, S. (1995) La máquina de los niños: Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós.
· Becerril Monroy, Arturo (1986) Tecnología educativa. México, D.F. Librería Imagen.
jueves, 28 de febrero de 2008
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